Deghelt, F.: La lectora de Jade.

 Deghelt, F.: La lectora de Jade. Ed. Principal de los libros, 2013.          NARRATIVA

  Jade es una periodista de treinta años que vive en París; está en busca de un editor para su primer libro y vive publicando artículos en diversos medios. Una llamada de su padre, que vive con el resto de la familia a miles de kilómetros, le informa que las tres hermanas de su padre, que viven en Francia, han decidido ingresar a su madre en una residencia de ancianos; la nieta, que fue criada por su abuela, va a su casa y de común acuerdo, abuela y nieta, se van juntas Paris, en donde vivirán en el apartamento de Jade, quien acaba de romper una relación y ahora vive sola. A continuación viene un relato sobre el mutuo descubrimiento de facetas que ambas desconocían de la otra. Estamos ante un relato agridulce, pero que aporta ideas interesantes, además de un relato que atrapa al lector. La abuela ha sido una gran lectora durante años y salen a relucir autores, en su mayor parte franceses de muy diversos estilos y tipos, que le dan a ambas un terreno sobre el que se mueven con soltura. La sabiduría de la vida, más de los libros, convierten a la abuela en una valiosa consejera, que suele acertar en el fondo y la forma. Ambas palpitan el amor, con las diferencias y semejanzas que pueden darse entre mujeres de 30 y 80 años. La relación entre ambas manifiesta el deseo de ver a las personas apreciando la dignidad que encierra la condición humana y lo mucho en común que puede haber entre las personas, sin que la diferencia de edad tenga que ser una barrera. La experiencia y la novedad se conjugan y les llevan a enriquecerse mutuamente. El final puede ser inesperado para el lector, pero puede suscitar reflexiones al lector sobre las opciones que se muestran en la novela desde su inicio. Como no volverá a vivir Jade los años pasados, será quien lea la novela quien se pueda plantear el camino a seguir en los cruces de caminos que se muestran en el relato. La autora tiene ciertos rasgos similares a Jade, pero no son relevantes como para atribuir elementos autobiográficos.