Macintyre, B.: Un espía entre amigos.

 Macintyre, B.: Un espía entre amigos. Ed. Crítica, 2017.        NOVELA HISTÓRICA

   El autor estudia la vida del agente doble Kim Philby (1912-1988) miembro del Servicio de Inteligencia inglés (MI5) que trabajó durante 25 años para la Unión Soviética. Macintyre sitúa la figura de Philby en el ambiente universitario de Oxford y Cambridge; algunos jóvenes se afiliaron al Partido Comunista. A la vez, como parte de la alta sociedad, tuvieron acceso a altos cargos del Gobierno. Philby, dotado de cualidades intelectuales y amigos poderosos, como el aristócrata Nicholas Eliot fue reclutado para el MI5 cuando ya militaba en las filas del Comunismo Internacional, a la vez que publicaba crónicas y artículos en la prensa británica. Su labor de espionaje fue sencilla durante la Segunda  Guerra Mundial, a partir de la ruptura de Alemania con la Unión Soviética pero al final de conflicto surgieron mayores dificultades. Fue una paradoja que, durante las purgas de Stalin, el espía fuera visto con desconfianza por sus receptores de mensajes soviéticos, que dudaron de su lealtad. Gracias a su capacidad de disimulo, filtró durante la Guerra Fría, documentos que costaron la vida a sus compañeros del MI5, asesinados por los soviéticos. Cuando fue desenmascarado, su viejo amigo Elliot, tuvo la desagradable misión de interrogar a Philby en Beirut (1963) y comunicarle las pruebas que le mostraban como  doble agente. Al sentirse descubierto, abandonó a escondidas la capital libanesa en un buque mercante ruso, que lo llevó a Moscú donde estuvo el resto de sus días. El autor refleja, con buen estilo literario, el ambiente refinado británico, su flema y sentido del humor, incluso en situaciones de tensión propias de las operaciones de espionaje. El espía cuya vida se recoge tuvo una fidelidad a Moscú por sentirse plenamente identificado con la ideología del régimen soviético. Pasó por avisperos de espías, como era España durante la Segunda Guerra Mundial o Turquía. Sorprende que pudiera pasar tantos años trabajando como espía en Gran Bretaña. Es más, fue el encargado de dirigir el contraespionaje para vigilar y descubrir a los posibles espías de la Unión Soviética en Reino Unido; varias personas fueron asesinadas al dar éste el aviso a sus jefes de la Unión Soviética sobre posibles informantes. El ambiente en el que se movía, requiere una sangre fría y una firmeza de convicción que sorprende. Para él, el fin justificaba los medios y traicionó a muchos compañeros como fruto de la eficacia de sus informes. Es difícil saber si en el momento en el que las purgas eran tan duras y frecuentes, fue consciente de las sospechas que sobre él recayeron y lo cerca que estuvo de morir asesinado por los soviéticos al pensar que era un traidor en su papel de doble espía. El abuso de alcohol, los clubs nocturnos o la falta de filtros para contratar a los miembros de M15 y M16, fueron causantes de la falta d personas idóneas para el espionaje; no obstante Philby se movía más por causas ideológicas al delatar a personas que sufrirían la muerte por sus intentos de huir de la Alemania nazi o de los países comunistas. No es nada sencillo evitar las filtraciones en ese medio. Con el paso de los años, Philby se convirtió en un alcohólico, al igual que su esposa. Los niveles de desenfrenos en su casa fueron en aumento, como lo fueron en otras personas que trabajaba para el servicio secreto británicos. Quizá llamó más la atención durante su estancia en EE. UU, que si bien no era ejemplar, no tenía tan hondo el sentido corporativo de defensa entre ellos. Su amigo Elliot lo defendió, hasta que la evidencia le obligó a aceptar la realidad. Entre las primeras sospechas que se tuvieron sobre su él y la conversación que se menciona al inicio pasaron varios años. Entre tanto, decenas de personas murieron por participar en operaciones delatadas por el espía soviético y que terminaron de forma sangrienta. De la huida del espía a la Unión Soviética, lo más probable es que le dejaran escapar. A los británicos no les aportaba nada el juzgarle y reconocer que durante años les engaño.


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